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Mostrando entradas de 2011

Cuento: LA FE Y LAS MONTAÑAS

  Una historia de Augusto Monterroso Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.   La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.   Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe. Etiquetas de Technorati: LA FE Y LAS MONTAÑAS , Augusto Monterroso , Cuento

NO TE RINDAS. MARIO BENEDETTI

  Yo me pregunto que hace tanto tiempo que venimos peleando y repetimos las mismas cosas, a veces se hace difícil seguir adelante y creer que uno tiene razón. Pero alguien dijo una vez: No te rindas, aun estas a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, aunque el frió queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo…. “Busca tus sueños Sigue tu destino Deja tus huellas No mires atrás Escala montañas Y llega hasta el cielo Descubre la selva Desafía al mar Tu corazón te llevara A descu

El LABERINTO DE LA RENOVACIÓN

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Un cuento de Ana Cuevas Unamuno     Hace ya mucho tiempo, en un tiempo anterior a este tiempo, había un pueblo en el cual desde siempre existía una costumbre: cada año justo en la luna anterior al nacimiento de los frutos, se realizaba la limpieza de Primavera. Esto nada tenía de especial, en muchos pueblos se llevaba a cabo el mismo ritual, pues era firme creencia desde tiempos remotos y olvidados, que la abundancia solo llegaba a aquellos sitios donde lo inservible se desechaba, lo roto se reparaba y todo circulaba. Así sucedía en la naturaleza, ¿porqué no iba a ser igual en la vida de los hombres?. Las plantas se desprendían llegado el invierno de todas sus pertenencias gastadas, para rebrotar en primavera, los desechos creaban el abono, los frutos no consumidos se pudrían..... Pero en el pueblo del que hablamos este rito era muy especial y nadie nunca, nunca, olvidaba celebrarlo. Ese día se levantaban bien temprano y todos los miembros de la familia sacaban fuera de la casa la

CUENTO: Una Navidad

  Un Cuento de Truman Capote (EE. UU.) Primero, un breve preámbulo autobiográfico. Mi madre, mujer excepcionalmente inteligente, era la chica más guapa de Alabama. Todo el mundo lo decía, y era verdad. A los dieciséis años se casó con un hombre de negocios de veintiocho que provenía de una buena familia de Nueva Orleans. El matrimonio duró un año. Ella era demasiado joven tanto para ser madre como para ser esposa; era además demasiado ambiciosa -quería ir a la universidad para tener una carrera. De modo que dejó a su marido; y, por lo que a mí se refiere, me puso al cuidado de su numerosa familia de Alabama. Durante años, rara vez vi a ninguno de mis padres. Mi padre tenía asuntos en Nueva Orleans, y mi madre, tras graduarse, empezaba a abrirse camino por sí misma en Nueva York. En lo que a mí me concernía, ésta no era una situación desagradable. Era feliz donde me hallaba. Tenía a muchos parientes amables conmigo, tías y tíos y primos y, especialmente, a una prima ya mayor, con el p

Felices Fiestas y Bendecidos Comienzos!

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Llega el fin de este 2011, muy cerca aguarda un nuevo ciclo en el que ojalá sepamos dar un curso mejor a la vida para que en cada corazón florezca la armonía, la tolerancia y el amor. Con mis mejores deseos les comparto esta canción.   Etiquetas de Technorati: Navidad , Año Nuevo , Mercedes Sosa

Leyenda: LOS HIJOS DEL VIENTO DEL NORTE

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El cuento relatado a continuación forma parte de la tradición oral de los cuentacuentos alrededor de las hogueras hasta el primer cuarto de este siglo. Si no fuera por autores que pasaron estas historias a la palabra escrita, las hubiéramos perdido para siempre. El viento del norte tenía tres hijos: se llamaban Pies Blancos, Alas Blancas y Manos blancas. Cuando estos tres hermanos vinieron a nuestro mundo procedentes de sus palacios invisibles, eran tan hermosos que muchos mortales murieron al contemplarlos, mientras que otros no osaron mirar, pero huyeron aterrorizados a bosques y lugares oscuros. Así que cuando estos tres hijos del Gran jefe vieron que eran demasiado radiantes para los ojos de los humanos, se desvanecieron con los rayos del sol al atardecer y se reunieron con Ollathair. Cuando, a través de los rayos del sol al amanecer, volvieron, ellos no eran visibles para ningún hombre, y en todos los siglos que llevan en la tierra, no han podido ser vistos por ningún ojo humano

Cuento: En busca de un retrato

Un cuento de Díaz Mas Paloma -(España) Las baldosas coloradas de la entrada cuidadosamente bruñidas con cera, la deslumbrante escalerita de claraboya convertida en invernadero para unas plantas casi amenazadoras de puro rozagantes, la casa de largo pasillo y barnizadas maderas, con los montantes de las puertas coquetamente encortinados de una cretona de florecitas muy limpia y muy planchada. El comedor de nobles muebles de viejo roble, con su suntuosa cancela modernista –lotos rosas y nenúfares azules de pétalos traslúcidos y esmerilados, entre retorcidos pámpanos de un verde botella– que daba a la azotea. Y en ella, de nuevo las baldosas tan brillantes que parecían pintadas con aceite y bajo el sol azaleas, petunias, alegrías, pendientes de la reina, gitanillas, geráneos, cóleos morados. Y en la sombra helecho, hiedra enana, cintas y esa planta que nosotros llamamos amor de hombre, pero que en inglés es judío errante y en francés miseria. Y en un rincón los cactus, milagrosamente flo

I JORNADAS DE LITERATURA ARGENTINA CONTEMPORÁNEA: Borges y los otros

Homenaje a Teresita Frugoni de Fritzsche Buenos Aires, del 21 al 23 de agosto de 2012 Primera circular – noviembre de 2011 Sede de las II Jornadas FUNDACIÓN INTERNACIONAL JORGE LUIS BORGES Anchorena 1660, Buenos Aires. Argentina. Organizan: FUNDACIÓN INTERNACIONAL JORGE LUIS BORGES Auspician: UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS CILHA (Centro Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana) CELIM (Centro de Literatura de Mendoza) CÁTEDRA DE LITERATURA ARGENTINA II (Siglo XX) CÁTEDRA LIBRE JULIO CORTÁZAR (FFyL-UNCuyo) CÁTEDRA LIBRE JORGE LUIS BORGES (FFyL-UNCuyo) EXTENSIÓN UNIVERSITARIA (FFyL-UNCuyo) UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA FACULTAD DE LENGUAS Coordinadores: Jornadas: Mgter. Gabriela Cittadini Fundación Internacional Jorge Luis Borges Informes: mgcittadini@fibertel.com.ar Homenaje: Dr. Daniel Altamiranda Centro de Estudios de Narratología Informes: dalt_1@yahoo.com.ar La convocatoria incluye a especialistas en Literatura Argentina, investigadore

El ahogado más hermoso del mundo

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Un cuento de Gabriel García Márquez   Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado. Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas

Unión indestructible

Un Cuento Virgilio Piñera - (Cuba) Nuestro amor va de mal en peor. Se nos escapa de las manos, de la boca, de los ojos, del corazón. Ya su pecho no se refugia en el mío y mis piernas no corren a su encuentro. Hemos caído en lo más terrible que pueda ocurrirle a dos amantes: nos devolvemos las caras. Ella se ha quitado mi cara y la tira en la cama; yo me he sacado la suya y la encajo con violencia en el hueco dejado por la mía. Ya no velaremos más nuestro amor. Será bien triste coger cada uno por su lado. Sin embargo, no me doy por vencido. Echo mano a un sencillo recurso. Acabo de comprar un tambor de pez. Ella, que ha adivinado mi intención, se desnuda en un abrir y cerrar los ojos. Acto seguido se sumerge en el pegajoso líquido. Su cuerpo ondula en la negra densidad de la pez. Cuando calculo que la impregnación ha ganado los repliegues más recónditos de su cuerpo, le ordeno salir y acostarse en las losas de mármol del jardín. A mi vez, me sumerjo en la pez salvadora. Un sol abrasado

LA SEÑORA MOREL

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Un Cuento de Ana Cuevas Unamuno La señora Morel siempre fue mujer de pasiones fuertes. Por eso a cuatro años de haberse casado se sentía traicionada por su esposo que en vez de ocuparse de ella pasaba las horas y los días metido en su trabajo. El señor Morel, mezcla perfecta de romántico y práctico, medido y generoso, apuesto y responsable, la había seducido casi a primera vista y el primer año realmente habían sido felices, pero luego... Luego el afán de acumular se apoderó del hombre al punto de hacerle olvidar poco a poco las necesidades de su esposa. No contento con trabajar de sol a sol, llevaba a su casa los libros de cuentas y mientras comía distraído lo que ella amorosamente le había preparado, sumaba, restaba y bufaba, encerrado en su mundo de negocios dónde ella jamás podía ingresar. —Alégrate mujer he sido tan astuto que los depósitos rebalsan, al punto de obligarme a invertir en más galpones a fin de guardar las nuevas adquisiciones— le dijo una noche en respuesta a sus

Yo a las Mujeres me las Imaginaba Bonitas

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Un cuento de Andrea Maturana Yo a las mujeres me las imaginaba bonitas, pintadas como la rubia de la esquina que siempre sale a la calle cuando empieza a oscurecerse, pero la Chana llegó a la casa gritando el otro día y le dijo a la mamá que no se había atrevido a contarle nada a la señorita, lo que le pasaba era demasiado terrible. Entonces se había escapado nomás del colegio por arriba de la pandereta congelada de miedo de no alcanzar a llegar y caerse muerta por el camino. La mamá estaba lavando cuando llegó el berrinche y, como siempre hace alharacas, ni se dio vuelta para mirarla mientras ella lloraba y lloraba hasta que la Chana le dijo de una herida que yo no pude oir bien. Ahí la hizo callar porque estaba yo y le dijo que mejor se iban a conversar detrás de la casa para que la hermana chica -o sea yo- no escuchara. Pero por la muralla del fondo se oye todo y yo me puse bien cerca hasta pegar la oreja, igual la Chana habló gritando todo el rato aunque la mamá la hacia callar p

María

Una amiga me ha compartido este cuento justo hoy cuando me siento como este hombre y tengo en la punta de la lengua la misma pregunta, por eso lo comparto Gracias Nas! y gracias Roque!! MARÍA   Un cuento de  Kjell Askildsen (Noruega) Un otoño me encontré por sorpresa con mi hija María en la acera delante de la relojería; estaba más delgada, pero no me costó nada reconocerla. No recuerdo ya por qué estaba yo en la calle, pero tenía que tratarse de algo importante, porque fue después de que la barandilla de la escalera se hubiera roto, así que en realidad ya había dejado de salir a la calle. Pero fuera como fuera, me encontré con ella, y se me ocurrió pensar: Qué casualidad tan extraña que yo haya salido justamente hoy. Pareció alegrarse de verme, porque dijo «padre» y me dio la mano. Ella era la que más me gustaba de mis hijos; cuando era pequeña decía a menudo que yo era el mejor padre del mundo. Y solía cantar para mí, por cierto bastante mal, pero no era culpa de ella, lo había

El peso de las creencias

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Y luego, si se dan la oportunidad, se cuestionarán, pensarán y se darán cuenta de que siempre hay más de una alternativa, que los cuentos pueden cambiar si alteramos algún detalle, que la vida también toma rumbos diferentes según los pasos que vamos dando y que cerrar los ojos tiene sus consecuencias. (Georgina Lázaro) El peso de las creencias Cuento Rumi Dos jóvenes monjes fueron enviados a visitar un monasterio cercano. Ambos vivían en su propio monasterio desde niños y nunca habían salido de él. Su mentor espiritual no cesaba de hacerles advertencias sobre los peligros del mundo exterior y lo cautos que debían ser durante el camino. Especialmente incidía en lo peligrosas que eran las mujeres para unos monjes sin experiencia: -Si veis una mujer, apartáos rápidamente de ella. Todas son una tentación muy grande. No debéis acercaros a ellas, ni mucho menos hablar, por descontado, por nada del mundo se os ocurra tocarlas. Ambos jóvenes aseguraron obedecer las advertencias recibida